Ahora que estarás pasando más tiempo que de costumbre en tu hogar, es probable que estés descubriendo detalles en la decoración que no te gustan demasiado, o incluso que te estés sintiendo un poco agobiada o aburrida por ella. Con la llegada de la primavera, además, impera un cambio de look en tu hogar: ¿no te gustaría aprovechar estos días de aislamiento para darle un toque más veraniego? Estas son nuestras tips para decorar tu casa con estilo veraniego.
Blancos y azules
Pocas cosas recuerdan tanto al verano como el mar y la playa, y pocos colores representan la playa tan bien como el blanco y el azul. Estos dos colores (ligados también al océano por su tradicional uso en los uniformes marineros) son imprescindibles para conseguir una decoración veraniega en casa, dado que además son muy frescos y ligeros. Es más, el blanco aportará una increíble luminosidad al reflejar la luz diurna (tan deseada tras el largo invierno) mientras que el azul servirá como contraste.
¡Pero no hace falta que pintes las paredes de estos colores! Puedes introducir el blanco y el azul en elementos tales como las fundas de los sofás, cuadros, cortinas o cojines.
Inspiración tropical
Al igual que el blanco y el azul recuerdan al mar, los estampados tropicales pueden llevar a tu casa el exotismo y belleza de una isla paradisíaca. Los últimos años, además, han estado muy de moda los cactus, las piñas, los flamencos… Todo ello aporta un toque de colores vivos y alegres a tus habitaciones, además de ese punto divertido y un poco atrevido que en verano queda muy bien.
En este caso, puedes integrar los estampados también en cojines y cuadros. Prueba a añadir algún detalle como lámparas cactus, plantas vivas o piñas decorativas.
Trae lo de dentro hacia fuera y lo de fuera hacia dentro
Verano y primavera son nuestras estaciones preferidas para celebrar reuniones familiares y de amigos en exteriores dado el buen tiempo general. Por eso si tienes la suerte de contar con espacios exteriores en tu casa (ya sea un patio, un jardín o incluso una terraza) este es el momento de convertir estos espacios en zonas habitables. Por ejemplo, incorporando una mesa con sillas, un sofá o unas sillas de mimbre adornadas con cojines.
Por otro lado, si no tienes posibilidades de traer muebles hacia fuera por el motivo que sea, puedes probar a traer lo de fuera hacia dentro. Por ejemplo con plantas vivas (organízalas creando pequeños grupos de modo que hagan las veces de jardín) o con objetos que encuentres en la playa, tales como conchas, estrellas de mar, arena, etc.